La publicidad bebe de la psicología para atrapar la atención del receptor del anuncio. Los estereotipos y la sexualidad son dos de los elementos más utilizados.
El mensaje desaparece en favor del código. Es decir, importa más cómo se dice que lo que se dice. Tanto, que al final el producto acaba siendo el resultado de su publicidad.
Se suele decir que la publicidad es reflejo de los comportamientos sociales, pero cada vez más es la sociedad la que representa lo que la publicidad dicta, ya que somos lo que la publicidad quiere que seamos. Somos una marca, una peinado, un producto...
Para sociólogos como Gerardo Pastor el término es “seducción mediática”, se refiere a la poca capacidad que desarrollan los espectadores de la televisión para evadir los mensajes publicitarios.
2 comentarios:
así da gusto, nita.
:)
La publicidad, y el consumo masivo al que incita, es una de las grandes plagas del siglo XXI.
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